Hace unas semanas me fui a Fuerteventura sola y, esta vez, he recorrido la península, acompañada, durante 10 días. Puedes pensar que son muchos días seguidos fuera, pero estoy feliz de contarte que lo he podido organizar sin ningún tipo de problema y sigo teniendo la agenda llena.
Quizás ves imposible lo que acabo de contarte, pero la respuesta está en la:
PLANIFICACIÓN
Es importante saber cómo somos en la vida personal y profesional. En mi caso, en la parte más personal me encanta improvisar, pero cuando se refiere a la empresa soy una amante de la planificación. Y la verdad que no ha sido nada fácil. Antes también tenía la necesidad de controlar mi vida personal, pero después de mucho trabajo interno he conseguido liberarme de esa parte de mí que me ataba demasiado y lo he centrado en la parte profesional. Un buen equilibrio, ¿no crees? De esta manera tengo un control sano de mi empresa y me permito fluir en la parte personal.
Es por la planificación anual y trimestral bajada a cada día que sé cuándo voy a tener picos de trabajo, cuáles serán los meses dónde tendré que dedicar más horas y cuáles me podré permitir más momentos de desconexión para cultivar mi creatividad.
Si te interesa cómo el descanso puede ayudarte a potenciar la innovación en tu empresa y reforzar tu propia autenticidad, te dejo aquí el link de un artículo que escribí para Gráffica: Los 10 mandamientos para una pausa creativa.
Planificar se reduce a convertirnos en la persona que mueve los hilos y nos permite adaptar la empresa a nuestra manera de ser y estilo de vida que queremos. Al poder definir nuestros propios horarios, las fechas de reuniones, presentaciones, sesiones, mentorías, etc. nos damos permiso para escucharnos y saber cuándo es el mejor momento y cuándo daremos más de nosotras.
En el caso de tener un espacio físico, la planificación también permite distribuir a tu manera los momentos de desconexión aún teniendo un horario de apertura al público. Se trata de cuestionarnos qué empresa tenemos, por qué la hemos creado y qué estilo de vida queremos. Porque a veces ni siquiera debemos irnos fuera de nuestro pueblo o ciudad, sino crear unas rutinas y unos espacios propios de pausa.
Es por todo esto que sabía que podía irme diez días y desconectar más del trabajo sin parar totalmente. Justo había entregado dos proyectos de branding, estaba empezando uno nuevo con lo que al principio no necesito el ordenador y debía avanzar varios diseños que no me pedían conexión a internet ni muchísimas horas delante de la pantalla. Como ves, estaba todo pensado para tener esos días más libres.
Qué he aprendido en estos días de pausa que te puede ayudar:
– Si sientes que necesitas un respiro, no porque no puedes más, sino que lo vas dosificando, intenta revisar tu agenda y cuadrar el trabajo para que te queden días más libres. De esta manera seguirás siendo productiva con la tranquilidad de que te vendrán días de descanso merecido.
– Si haces ruta en coche o furgo, intenta concentrar el trabajo que sea más mental como mejorar procesos de la empresa, redefinir o implementar nuevas líneas de negocio, organizar el próximo trimestre, etc. De esta manera no tendrás que llevar mucho material encima.
– Aunque planifiquemos, no siempre llegaremos a terminar lo que teníamos pensado, pero no pasa nada, es un aprendizaje constante.
– Improvisar en la vida personal llena de creatividad nuestra mente porque nos permitimos estar abiertas a lo que pase y ser capaces de reinterpretar lo que la vida nos trae. Si conseguimos trasladarlo a nivel empresarial, nuestra marca puede ganar fuerza e impactar más.
– Puedo irme a dormir sin poner la alarma. Si… lo sé, puede sonar un poco alarmante que me ponga nerviosa, no poner el despertador entre semana, pero me propusieron que así fuera la ruta y me ayudó muchísimo. Allí entendí que mi mayor miedo era despertarnos demasiado tarde y no poder aprovechar el día al máximo. Otra vez con la productividad pegada a mí. Recordar la frase de Stefan Klein “Dando más vida a nuestro tiempo, damos más tiempo a nuestra vida” fue clave aunque, al final, nuestros cuerpos se despertaban temprano y teníamos todo el día por delante.
Deseo que estas reflexiones que naces en mis momentos de pausa te inspiren y te acerquen más al mundo de Calma Studio.
Un abrazo sincero,
Judit