Exactamente es esto lo que hice cuando llegué a Fuerteventura. La verdad que improvisé bastante en el momento de comprar los vuelos y luego, estando allí, me di cuenta de que aunque el sitio era maravilloso no quería pasar una semana entera. Ya estaba desconectando más de lo que quería y la verdad que me apetecía más estar con la familia que de viaje.
No te negaré que al principio me costó aceptarlo porque «se suponen muchas cosas» pero decidí escucharme de verdad y cambiar el vuelo para regresar 2 días antes. Y sí, perdí dos noches y me costó aún más dinero pero he aprendido muchísimo sobre mis límites, aquello que me sienta bien y, también, a ponerme por delante de lo que dirá la gente.
Y esto es lo que hago también con Calma Studio, escucharme a diario y, aunque tenga una planificación anual, adaptarme a las circunstancias del presente. Es así como he conseguido construir una empresa que se sustenta con mi bienestar.
Deseando que esta reflexión te inspire,
Un abrazo sincero,
Judit